Obsesión de poder habría provocado expulsión de dos militantes del partido de las Farc
Comenzó la discrepancia entre los militantes del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, por quien o quienes pretenden tomar las grandes decisiones políticas en el Partido.
Los afanes de querer liderar el partido de las Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia, como obsesión de poder, llevaron a que las directivas expulsaran a los militantes Benedicto González, conocido en la guerra como ‘Alirio Córdova’ y Ubaldo Zúñiga, conocido en combate como ‘Pablo Atrato’.
Señalan los antes mencionados que les negaron la participación en el séptimo pleno del Consejo Nacional de los Comunes y manifiestan que su deseo es continuar en el partido.
Cuando iba a iniciar el séptimo pleno del Consejo Nacional de los Comunes del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), se les impidió la entrada a los miembros Benedicto González, conocido en la guerra como Alirio Córdoba, y Ubaldo Zúñiga o Pablo Atrato, según denunciaron.
“Antes de iniciarse el pleno, el senador Julián Gallo tomó la decisión de sacarnos del recinto bajo el argumento de que el Consejo Político Nacional, en días pasados, había tomado la decisión de expulsarnos de las filas del partido”, explicó González.
Tanto él como Zúñiga afirman que nunca fueron notificados de tal decisión que, de lejos, la califican de ilegal. Sus razones son varias. En principio, dicen que cualquier investigación disciplinar la debe iniciar el Comité de Ética del departamento donde militan, en este caso el del Atlántico. En caso de no resolverse, escala al organismo nacional que, a su juicio, violó el conducto regular en sus procesos.
“Hizo una investigación que no tuvo segunda instancia”, comentó González, dando a entender que ni siquiera hubo un proceso departamental. Además de esto, denunció que la Comisión de Ética Nacional cuando abrió las pesquisas y tomó las decisiones de expulsión no estaban inscritas ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), “por lo tanto sus actuaciones son ilegales”.
Debido a esta situación, González y Zúñiga han interpuesto recursos ante la Comisión “y todos fueron negados”. También, están a la espera de la respuesta del CNE sobre un derecho de petición, así como el avance de una acción de tutela interpuesta que está en trámite en segunda instancia para resolver su situación dentro del partido.
No obstante, insisten que “como la decisión no está en firme, en tanto, la decisión de expulsarnos no es válida, y reclamos nuestro derecho a participar en el séptimo pleno”.
En el caso de Zúñiga, este aseguró que su expulsión la tomaron solo dos personas con las que tiene enemistad. Se trata de Pastor Alape, delegado ante el Consejo Nacional de Reincorporación, y la senadora Griselda Lobo.
González y Zúñiga piden que se les respete el debido proceso y la presunción de inocencia, pues su quieren continuar en el partido. “Dejamos constancia de nuestros deseos de seguir militando en la FARC, del que somos fundadores y firmantes del acuerdo de La Habana”.
Ellos, al igual que otros nombres dentro del partido, fueron señalados de “divisionistas” por presentar posiciones distintas respecto a temas como la reincorporación económica colectiva.
Este tipo de situaciones ocurre en todos los partido cuando ciertos grupos de la estructura del partido político quieren abanderar posiciones y liderar las altas decisiones dentro de una plataforma política.