Cinco candidatos presidenciales han sido asesinados en Colombia, categorizados como crímenes de Estado
El candidato a la presidencia por la Colombia Humana, Gustavo Petro Urrego, según los expertos tiene que regular sus estrategias de seguridad con el apoyo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para que no lo vayan a asesinar, siendo ésta la única vía que le podría quedar a las mafias del Estado para mantenerse el poder y sacar del baile a quien está siendo una amenaza para los emporios económicos y políticos.
El confrontamiento por el poder ha provocado el derramamiento de sangre enmarcado en los crimenes que hacen historia con respecto a los candidatos presidenciales que han sido asesinados por sus ideales políticos en defensa de los recursos públicos y la dignificación del ser humano como eje central de toda sociedad.
Los brazos armados de fuerzas al margen de la ley, se han constituido en las estructuras criminales para sicariar a todo aquel que vaya en contraposición a un gobierno o ante el aparato del Estado.
En el listado de candidatos asesinados hay del liberalismo, de la Unión Patriótica, del M-19 y un conservador, caidos por defender las clases sociales menos favorecidas.
Jaime Pardo Leal, fue un candidato presidencial de la Unión Patriótica que fue asesinado el 11 de octubre de 1987.
Luego, en las elecciones presidenciales de 1990, fue muerto Bernardo Jaramillo Ossa, también candidato de la UP. Fue asesinado en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, por un sicario de 16 años. Del hecho se señaló al narcotraficante Pablo Escobar.
Bernardo Jaramillo Ossa fue asesinado por un sicario el 22 de marzo de 1990, y de tal forma cegaron la esperanza de un pueblo dominado por las estructuras de gran poder político y económico.
Ese mismo año se perpetró en Soacha, Cundinamarca, un atentado mortal contra el candidato Luis Carlos Galán, quien se perfilaba como el más posible ganador de la contienda electoral y el mismo Estado lo asesinó.
En su crimen terminaron involucrados mafias del narcotráfico, asociadas con dirigentes políticos y agentes del Estado.
En 1.990, fue asesinado Carlos Pizarro Leongómez, uno de los líderes del movimiento guerrillero M-19, quien acababa de firmar un acuerdo de paz con el Gobierno.
Pizarro recibió varios disparos en un avión comercial cuando se dirigía hacia la ciudad de Barranquilla, donde tenía una capacidad electoral acorde a sus principios e idelogía política
En 1995 fue asesinado Álvaro Gómez Hurtado, del Movimiento de Salvación Nacional, quien fue aspirante presidencial en tres ocasiones. Resultó muerto en un atentado el 2 de noviembre de 1995.
El líder político fue asesinado el 2 de noviembre de 1995. Farc dijo que contará por qué lo declaró ‘objetivo militar’.
Por todos estos acontecimientos es que los colombianos no pueden condenarse a repetir la historía porque sería fatal y provocaría una guerra civil.
En estos momentos uno de los candidatos de mayor riesgo ante las estructuras del Estado, es el candidato de la Colombia Humana, Gustavo Petro Urrego, quien tendrá que reforzar al máximo su esquema de seguridad para evitar que lo asesinen, siendo éste el de mayor opción para la presidencia de Colombia.
Todo los preceptos políticos conllevan a que Gustavo Petro Urrego, será el próximo presidente de Colombia y esto es lo que lo hace vulnerable ante los determinadores que se esconden detrás del Estado.
Lo más seguro es que lo declaren objetivo militar y la estructura del Estado mueva sus tentáculos para estudiar como aniquilarlo y desprenderlo de cualquier opción de poder, por lo que el senador Gustavo Petro Urrego, tendrá que solicitar todas las medidas de seguridad ante los organismos internacionales en derechos humanos porque van a buscar por cualquier via sacarlo del camino.