Lo que un día comenzó como un gran proyecto de ciudad, de diseñar un modelo de administración pública con enfoques diferenciales de un sistema de cambio de costumbres donde haya equidad, igualdad de condiciones en la inversión pública, donde la retorica pasara a un segundo plano y los más desfavorecidos fueran los mayores beneficiarios de la inversión social, mejor calidad de vida en materia de educación y salud, gobernar con trasparencia y administrar los dineros públicos conforme a los preceptos legales y constitucionales se fue desvaneciendo con la fatiga y el cansancio que irradia la derrota y el fracaso.
El líder Federman Vizcaíno, perdió la oportunidad y la esperanza de regir los destinos de Soledad, al ser absorbido por las estructuras de poder político y económico sobre una plataforma que irradiara el poder popular y la zozobra de no contar con los amigos que un día le garantizaron el respaldo económico y político para ese gran reto de ser alcalde de Soledad, escenario que no volverá a ser su colchón de los sueños y los grandes retos que la vida te presenta, se fue la ilusión y con ella la esperanza de un pueblo sufrido y abandonado, airoso de un buen gobernante que ya no existe, porque ninguno de los candidatos a excepto de las minorías que todavía tienen esa esperanza de contar con la decisión de un pueblo huérfano de buenos gobernantes con el sentir de un pueblo engañado, estafado, sin dolientes y nadie que luche por esa desesperanza que los agobia que es vivir y luchar por la gente el factor esencial de nuestra sociedad.
En las grandes batallas se lucha, y se asume una derrota pero dando la pelea de pie y no arrodillado e incado ante los más fuertes que entre otras cosas son los grandes destructores de nuestra comunidad y los artífices de la pobreza y la miseria a la que nos han mantenido sumisos los grandes emporios económicos y políticos en nuestra municipalidad.
Seguirá esperando Soledad, el gran mesías que defienda a capa y espada los intereses de la población y luche incansablemente por su gente y los más desfavorecidos a quienes el Estado abandona sin compasión, pero ese gran luchador algún día estará sentado en la diestra del señor en defensa de su pueblo.
Quienes creyeron que ese pensador y luchador por las clases desfavorecidas era Federman Vizcaino, hoy han sido defraudados por el sentimiento que implica un gran cambio pedido a gritos por la comunidad Soledeña, pero todo fue un fracaso y al mínimo sufrimiento o dificultad renunciamos a los grandes retos que la vida nos coloca, pero estamos demostrando que no estamos preparados aun para estos retos que la vida nos presenta.
En consecuencia al sentir la derrota o la incapacidad para terminar lo que se inicia como lucha por el poder popular termina siendo la sombra del fracaso por el dominio de los poderes políticos y económicos, entonces todavía no estamos preparados para la derrota y menos para el triunfo o el éxito de nuestros proyectos de vida.
A todas estas después de ser un crítico del gobierno del señor Joao Herrera Iranzo, administración de la cual hizo parte hoy termina en sus brazos amamantado por la estructura política de los Char a la cual había renunciado por sus desaires, pero así es la política sentida y fracasada y ahora el señor Joao Herrera Iranzo, es el mejor alcalde de la Costa Norte Colombiana, que vainas o que ironías trae consigo el poder o no aceptar estar fuera del poder.